Ética en robótica (o cómo están en debate los posibles riesgos de la inteligencia artificial)
Isaac Asimov, en
1942, propuso las tres leyes de la robótica, que la mayoría de robots de sus
novelas estaban diseñados para cumplir.
Las tres normas establecían lo siguiente:
1) Un robot no hará daño a un ser humano o, por
inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2) Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los
seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3) Un robot debe proteger su propia existencia en la
medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Estas leyes de
Asimov podrían seguir perteneciendo al mundo de la ciencia ficción si no fuera
por la llegada progresiva de más y más tecnología basada en la
inteligencia artificial: los taxis-drones,
los supermercados y los restaurantes
con tecnología de autonomía o automatización son solo el principio.
Un principio
apasionante en el que vislumbramos parte del futuro que nos espera. Pero,
cuanta menos necesidad de asistencia humana a determinados trabajos haya, más
entran en juego las luces y sombras de su potencial implantación. ¿Cómo se
programará la inteligencia artificial? ¿Dónde estarán sus límites? ¿Qué pasará
con aquellas personas con más dificultad de acceso a las nuevas tecnologías?
Existen amenazas vinculadas al uso de inteligencia artificial, y
afortunadamente ya se está subrayando la necesidad de que las empresas
tecnológicas aborden abiertamente sus compromisos para una gestión ética y
razonable de esta tecnología (https://backchannel.com/silicon-valleys-ai-ethics-boards-shouldn-t-be-secret-c3f8278d858f#.iljaxghl4), con iniciativas que promueven una inteligencia artifical ética y
accesible para todos (https://openai.com/) y robots responsables (http://responsiblerobotics.org/).
Desde hace años hemos soñado con la posibilidad de vivir en un mundo con
robots (o dispositivos con inteligencia artificial) que nos dispensen de hacer
tareas repetitivas o rutinarias. Ahora que disponemos de tecnología que ha
permitido automatizar determinados procesos hasta límites insospechados, algunos
predicen que en lugares como el Reino Unido estos robots llegarán a hacer un
tercio de los trabajos actuales para el año 2030 (http://www.bbc.com/news/science-environment-38890905), aunque otras
referencias indican que no será tan rápido (https://www.nytimes.com/2017/01/12/technology/robots-will-take-jobs-but-not-as-fast-as-some-fear-new-report-says.html?_r=0).
Se alzan voces a favor y en contra del auge de la robotización y
automatización. Si bien algunos critican la posibilidad de que se ahonde
la brecha digital, puede ser visto como una
oportunidad de futuro para las economías emergentes (http://carnegieindia.org/2016/08/11/india-and-artificial-intelligence-revolution-pub-64299).
¿Qué usos podrá tener la tecnología basada en inteligencia artificial?
¡La imaginación es el límite! Como ejemplos:
- La
fabricación de productos (https://qz.com/797525/asian-manufacturers-are-adding-more-robots-than-the-rest-of-the-world-combined/).
- La
automatización de actos tan comunes como la compra de alimentos o el acto
de comer, con supermercados automáticos (como el ya abierto en
Suecia: http://popupcity.net/an-automated-supermarket-with-no-staff/), supermercados con personal
solo de apoyo (como los que propone Amazon que comenzaron en 2017 (https://www.amazon.com/b?node=16008589011) y restaurantes sin personal
(como los de la cadena Eatsa: https://www.eatsa.com/).
- La
implantación de transportes autónomos, como los taxis-drones que
planificó que se movieran en Dubai a partir del verano de 2017: https://www.forbes.com/sites/parmyolson/2017/02/14/dubai-autonomous-taxi-drones-ehang/#545995b94702
- La atención telefónica y
trabajo de oficina, como ha anunciado una empresa japonesa
recientemente: https://qz.com/875491/japanese-white-collar-workers-are-already-being-replaced-by-artificial-intelligence/
Tenemos ante nosotros futuro extraordinario, con posibilidades que antes
tan solo alcanzábamos a imaginar. Pero también se abren nuevos retos
que afrontar... y oportunidades para ser más humanos.
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